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¿Fuimos creados para estar solos?

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«Tendrás esperanza y podrás vivir confiado; bajo el cuidado de Dios dormirás tranquilo». Job 11:18

Los zorros no son animales de manada; son solitarios y territoriales; les gusta cazar solos y andar solos. Buscan compañía cuando quieren tener crías, pero por lo demás son solitarios. Las hembras pueden convivir en un territorio, pero evitan cruzarse cuando van a buscar comida. Y cuando llega la hora de guarecerse para pasar la noche, cualquier lugar es bueno para que un zorro haga su guarida: el tronco de un árbol, una madriguera, una cueva o un rincón de un galpón viejo. Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que los zorros tienen un lugar donde dormir (Lucas 9:58), fue una gran verdad, porque ellos en cualquier lugar se acomodan.

Cuando Juanito tenía ocho años, vivía en un orfanato, pero sabía que ese lugar no era su hogar. Por diferentes decisiones que tomó, fue a parar a la cárcel. Pero Dios preparó una familia para él y, cuando cumplió diecisiete años, fue adoptado por una familia de buen corazón. La primera noche que durmió en su nuevo hogar, agradeció a Dios y pensó: ¡Qué lindo es tener un hogar donde vivir y descansar!

Cuando esta noche te acuestes a dormir, agradécele a Jesús por el gran privilegio de tener una cama y una casa. «Tendrás esperanza y podrás vivir confiado; bajo el cuidado de Dios dormirás tranquilo» (Job 11:18).

Desafío: Dibuja a tu familia y coloréala. Agradece a Dios por tenerla.

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