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¿Has oído hablar de los hongos? Hay unos hongos que se comen y, de hecho, son muy populares en todo el mundo. Con ellos se hacen platos exquisitos. Pero hay otros hongos que son, en realidad, una plaga. Sí, lo has leído bien, existen plagas de hongos. Estos hongos afectan a los cultivos, acabando completamente con las cosechas.
La expresión «plaga de hongos» aparece en la Biblia, en 1 Reyes 8:37. Verás, cuando el rey Salomón acababa de construir el Templo de Jerusalén, hizo una ceremonia de dedicación a la que asistió mucha gente. Durante esa ceremonia, Salomón dio un discurso, en el que habló de las diferentes consecuencias que tendría sobre el pueblo de Dios el ser obedientes o desobedientes a su Ley. Las consecuencias de obedecer a Dios serían positivas: él los escucharía, los perdonaría y los bendeciría. Las consecuencias de vivir en continua desobediencia a él y a su Ley serían negativas: «Hambre, pestes, sequías, plagas de hongos, enfermedades...». A cada persona le correspondía decidir qué quería para su vida.
¿Y tú? ¿Qué quieres para tu vida? ¿Las bendiciones de la obediencia? ¡Por supuesto que sí! Pues entonces debes saber que «todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán por haber obedecido al Señor tu Dios» (Deuteronomio 28:2).
Desafío: Busca la imagen de un hongo, dibújalo y escribe el versículo de hoy en su contorno.