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¿Te gusta hacer preguntas? Es bueno hacerlas, porque las preguntas sirven para obtener información. Si tienes una duda y no preguntas, te quedas sin saber. ¿Y te gusta que te hagan preguntas? Esto a lo mejor te molesta un poco pero en realidad también es bueno, porque cuando alguien te hace una pregunta te está dando la oportunidad de pensar, de poner las ideas en orden y elaborar una respuesta. Siempre viene bien tener las ideas claras sobre las cosas. ¿Sabes cómo se representa una pregunta? A través de los signos de interrogación al principio y al final.
A Dios le gusta hacer preguntas. Lo vemos en la Biblia donde, a veces, hace preguntas a los personajes que en ella aparecen. Por ejemplo, le pregunta a Moisés: «¿Qué tienes en la mano?» Éxodo 4:2). También Moisés pudo hacerle preguntas a Dios, como cuando le preguntó: «¿Qué les voy a decir?». «Y Dios le contestó: “Yo soy el que soy"» (Éxodo 3: 13-14).
¿Sabes que puedes hacerle preguntas a Dios? A él no le molesta. Y también debes saber que muchas de las respuestas a las preguntas que puedas tener para Dios están ya en la Biblia y en la naturaleza. No dejes de leer estos dos libros para encontrar en ellos respuestas a tus dudas. «Dios y Salvador nuestro, tú nos respondes con maravillosos actos de justicia; la tierra entera confía en ti, y también el mar lejano» (Salmo 65:5).
Desafío: Escribe tres preguntas que le harías a Dios. Guárdalas en tu Biblia. Cuando te conteste, comparte las respuestas.