¿Qué es un chisme?

¿Alguna vez te han contado un chisme? ¿Y te lo creíste?

Los chismes son peligrosos porque, aunque la noticia que están transmitiendo pueda ser verdadera ---cosa que normalmente no es—, la intención con la que se cuentan es mala. Un chisme es precisamente eso, un comentario de una persona que le hacemos a otra para indisponerlas entre sí.

Mientras que los chismes son destructivos, puede haber comentarios que sean constructivos, que surjan de una preocupación sincera y con una intención de ayudar. Como sucedió, por ejemplo, en Corinto. En uno de sus viajes, Pablo se alojó en la casa de Cloe, y allí se enteró de que había discordias o problemas entre los hermanos de la iglesia de Corinto. Ese comentario le permitió a Pablo escribir una carta para ayudar a los cristianos de Corinto a permanecer unidos y a amarse unos a otros. Pero si la intención de Cloe hubiera sido simplemente malmeter o hablar mal de otros, no se hubiera podido lograr nada bueno.

¿Cuál tendría que ser nuestra actitud cuando alguien viene a contarnos un chisme? No debemos creernos cualquier cosa que nos digan de otra persona. Deberíamos intentar que la persona de la que se hable estuviera delante para que pudiera decir su punto de vista. La Biblia nos dice: «Despójense de toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda clase de chismes» (1 Pedro 2: 1).

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