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La palabra «madre» aparece en la Biblia un poco más de trescientas veces, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Esto es una evidencia de cuán importante es la función que cumplen las madres, que hasta en la Palabra de Dios se las nombra, y siempre con mucho respeto. Las madres han sido siempre, y siempre seguirán siendo, personas fundamentales en la vida de un niño. ¿Tú le dices a tu mamá todos los días lo mucho que la quieres? Sería bueno que lo hicieras.
En el Nuevo Testamento, se habla de una madre cuyo nombre significa «aquella que alcanza la victoria». Es interesante el nombre de ella, porque esta madre alcanzó una gran victoria en la manera de educar a su hijo. Lo crio de tal forma que él amo a Dios con todo su corazón. ¿Quieres saber cómo se llamaba? Busca la respuesta en 2 Timoteo 1:5; y Hechos 16:1. Ahí también descubrirás cómo se llamaba su hijo.
¿Sabes? Cuando Jesús vivió en esta tierra, respetó mucho a su madre. Este es uno de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios, así que tiene gran importancia. Jesús también nos dejó este consejo para ser felices: «Honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo» (Mateo 19:19). ¿Quieres ser feliz? Ama a tu mamá con todo tu corazón y hónrala siempre. Eso quiere decir: obedécela y déjala quedar bien delante de la gente con tu conducta.
Desafío:Escribe diez cosas que tu mamá hace que son únicas e irremplazables para ti. Luego léele la lista a ella y abrázala.