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Algunos estudiosos de la Biblia dicen que sí, que se puede resumir toda la Biblia en un solo versículo. Ese versículo es Juan 3: 16: «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna» (RV95). Con la lectura de este pasaje es suficiente para comprender el gran amor de Dios hacia todos los habitantes de este planeta y del universo entero. Porque entregar a un hijo para que otros se salven es algo que solo puede venir de un amor inmenso.
En el versículo que acabas de leer, Juan 3:16, hay una palabra que quizá te haya llamado la atención porque es un poco complicada, como que ya no se usa. Me refiero a «unigénito». ¿Sabes qué significa «unigénito»? Significa «único en su clase». Es decir, que no existe nadie más en el mundo, ni ha existido, que sea Hijo de Dios como Jesús lo es. La relación entre el Padre y el Hijo es única. Y gracias a esa relación nosotros tenemos la salvación si creemos en el Hijo.
Es asombroso el gran amor que nos tienen Dios y Jesús a todos nosotros. Y hay una sola cosa que tenemos que hacer nosotros, una nada más, y es creer en Jesús. Porque «el que cree en el Hijo, tiene vida eterna» (Juan 3:36).
Desafío:Imagina y representa en un dibujo el versículo de hoy. Cuando vayas a la iglesia, regálaselo a alguien especial.