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Los caminos son vías que se hacen en el terreno para abrir el paso a las personas que quieren trasladarse de un lugar a otro. Todavía hoy hay caminos, sobre todo en las zonas de campo, solo que están más preparados que los de antes, para que el tránsito sea mejor. En la antigüedad, los caminos eran de tierra, muy irregulares y con muchas piedras. Así que la gente que viajaba por ellos en carros se pasaban el rato dando saltos, pero al menos podían hacer el viaje. Porqué sin camino, monte a través, la cosa era mucho, pero mucho, más difícil.
Ya desde el primer libro de la Biblia, el Génesis, vemos que existían caminos antiguamente. Leemos en Génesis 16: 7 que a Agar, «un ángel del Señor la encontró en el desierto, junto al manantial que está en el camino de Sur». También vemos que «un día de camino» (Lucas 2:44) era la distancia que se recorría en un día, que son unos 35 kilómetros y que llevan entre 7 y 8 horas. ¿Te imaginas todo ese tiempo caminando? Solo de pensarlo me duelen las piernas. Pero es que antiguamente se caminaba mucho por los caminos. No había autos, motos ni bicis.
¿Sabías que a partir del momento en que nacimos estamos andando por un camino? No me estoy refiriendo a un camino de tierra, sino al camino de la vida cristiana. La Biblia lo llama así: «El camino del Señor» (Génesis 24:40). Dios quiere acompañarnos en nuestra vida, que es un caminar hacia la ciudad celestial. ¿Te gustaría que él sea tu acompañante todos los días? «Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto»' (Proverbios 3:6).
Desafío:Escribe las actividades que tienes que realizar en este día. Pide a Dios que te acompañe en cada una de ellas.