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¿Cómo sé si soy valiente?

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«Vale más terminar un asunto que comenzarlo. Vale más ser paciente que valiente». Eclesiastés 7: 8

Una persona no sabe si es valiente o no hasta que enfrenta una situación difícil o peligrosa. Por ejemplo, creemos que un compañerito de la case, porque es tímido y callado, es cobarde. Pero luego sucede algo y resulta que ese tímido y callado es el que da la cara por otro o es el que consigue que se haga justicia. Y al revés también pasa. A veces hay un compañerito que es el que más habla y opina, o el que más se mueve y patalea, pero a la hora de la verdad, cuando pasa algo importante, se queda quieto y callado. Ahí se da cuenta todo el mundo de que no es tan valiente como pensaban. Por eso es tan importante no juzgar a los demás y ser pacientes, porque solo con el tiempo y la experiencia se va viendo como somos realmente las personas.

En la Biblia se habla de una mujer que hizo algo muy valiente. Esa mujer se llamaba Jael. En un momento en que había guerra entre los israelitas y el reino de Hasor, Jael fue un personaje decisivo. El general Sísara, que estaba al mando del ejército de Hasor, estaba huyendo para salvar su vida. Ya ves que aunque tenía que ser un gran valiente, estaba huyendo, que es cosa de cobardes. Cansado, Sísara pidió descansar en la tienda de Jael y ella lo recibió. Después de comer, él se quedó dormido y ella, que sabía que aquel hombre era el enemigo de los israelitas, hizo justicia acabando con su vida. Su acto fue tan importante que Débora y Barac la mencionaron en un canto de triunfo por su gran valentía. Puedes leer la historia completa en Jueces 4: 11-22.

Antes de demostrar su valentía, Jael tuvo que ser paciente y esperar hasta que Sísara se durmiera. El rey Salomón también nos da ese consejo: «Vale más terminar un asunto que comenzarlo. Vale más ser paciente que valiente» (Eclesiastés 7:8).

Desafío:¿Qué tareas no has terminado? Hoy es el día ideal para concluirlas.

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