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Dios proveerá

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“Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto” (Génesis 22:14).

El momento del sacrificio había llegado. Isaac estaba sobre el altar, esperando la hora final. “Al fin se dicen las últimas palabras de amor, derraman las últimas lágrimas, y se dan el último abrazo. El padre levanta el cuchillo para dar muerte a su hijo y de repente su brazo es detenido” (Patriarcas y profetas. p. 148).

Fue una escena más grande de lo que Abraham e Isaac podían imaginar. “Todo el cielo presenció, absorto y maravillado, la intachable obediencia de Abraham. Todo el cielo aplaudió su fidelidad. [...] Entonces se derramó luz sobre el misterio de la redención, y aun los ángeles comprendieron más claramente las medidas admirables que había tomado Dios para salvar al hombre” (Patriarcas y profetas. p. 151).

¡Cuán grande debió haber sido el alivio del padre al retirar a su hijo del altar y colocar, en su lugar, al cordero enviado por Dios! Fue el sacrificio más determinante de toda la vida de Abraham. El nombre del propio lugar pasó a llamarse “Dios proveerá”. Una de las preciosas lecciones de esta historia es que el Señor siempre va a proveer una salida para los hijos fieles.

Así como el Señor recompensó la fidelidad de Abraham e Isaac, también continúa cuidando de sus hijos fieles. La promesa se repite para todos los que obedecen su voluntad, aunque para eso tengan que poner en juego familia, empleo, mantenimiento económico, estudios, salud. etc.

Fue lo que sucedió con la pareja de novios Edgar y Kelly, que se conocieron en la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Piura, en el Perú. No iban a clases los sábados,  y eso les creó muchos problemas. El mayor de todos fue que el examen final de la carrera quedó marcado para un sábado. Ambos decidieron dejar todo en manos de Dios e ir a la iglesia. El profesor se enfureció. El día asignado, tomó la prueba. La evaluación se consideró muy compleja y desproporcional a la enseñanza dictada. Por eso tuvo que repetirla, en función del mal desempeño de todos los alumnos. La nueva versión de la prueba ocurrió un miércoles. Edgar y Kelly fueron aprobados y recibieron sus diplomas. Hoy están casados, tienen un hijo, y una empresa de construcción.

Así como Abraham e Isaac. Edgar y Kelly enfrentaron grandes pruebas. Tú podrás enfrentarlas también. Permanece fiel, pues “Dios proveerá”.

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