Más rápido

“¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan 4:35).

¿Será posible, acaso, en medio de tantos compromisos, falta de tiempo, estrés y necesidad de una pausa para el descanso, pedir aún más prisa? Quiero, sin embargo, invitarte a aliviar la prisa que está fuera de foco y aumentar la prisa en la realización de las cosas que constituyen nuestra prioridad. Necesitamos más velocidad en el cumplimiento de la misión, para que Cristo regrese rápido. Observa la situación de nuestro mundo:

1. Incapacidad de los líderes para encontrar soluciones: Cuantos más reuniones, cúpulas y foros mundiales se realizan, más confusos quedan nuestros líderes. El mundo está cada día más fuera de control.

2. La Tierra pide socorro: La crisis ecológica es grave, y necesita acciones drásticas y urgentes para que el planeta pueda sobrevivir. Sin embargo, los esfuerzos para intentar solucionar el problema, en general, no llegan a buen puerto. La Tierra agoniza cada día más acentuadamente.

3. La ficción retuerza un “apocalipsis”: Cada día surgen más películas que exploran la visión secular de un apocalipsis, anunciando una catástrofe final. Estas tienen preponderancia en los medios de comunicación y se instalan en los pensamientos de las personas.

4. La moralidad está perdiendo sus límites: La honestidad, los valores familiares, los límites de la sexualidad, entre otras cosas, están seriamente comprometidos.

5. El relativismo invade la sociedad y amenaza la iglesia: Las verdades absolutas se ven como mitos, y la idea vigente es que cada persona tenga su propia visión de Dios, de la Biblia, del mensaje, de la moralidad, de la Creación, etc. Y lo peor es que esa visión está golpeando furtivamente a la puerta de nuestra iglesia; de nuestra teología; de nuestro estilo de vida, de adoración y de música.

6. Dios realiza grandes cosas en su iglesia: No todo es negativo en este escenario. Dios está abriendo puertas para que el mensaje avance de manera grandiosa. Las numerosas acciones de la iglesia y los esfuerzos individuales de los hermanos son una prueba de eso.

¿Estamos asistiendo pasivamente a todas estas cosas o estamos testificando con sentido de urgencia, para abrir los ojos de millares de personas y llevarlas a Jesús mientras hay tiempo? Elena de White nos desafía: “La verdad está a punto de triunfar gloriosamente [...], El tiempo es corto. [...]Que los que se gozan en la verdad presente se apresuren ahora a impartida a otros” (Testimonios para la iglesia, t. 9, p.109) ¡Es tiempo de andar rápido!