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Existe un tipo de risa que es buena para la salud del cuerpo y del alma.
No me refiero a la risa frívola, superficial, basada en chistes o bromas y de dudoso gusto. No voy a defender la insensatez, porque la Biblia nos llama a ser sensatas. Estoy hablando de la risa como manifestación de buen humor, optimismo y felicidad; de esa alegría que toda «madre debe cultivar, un genio alegre, contento y feliz. Todo esfuerzo hecho en este sentido será recompensado con creces en el bienestar físico y el carácter moral de sus hijos. Un genio alegre fomentará la felicidad de su familia y mejorará en alto grado su propia salud» (El ministerio de curación, cap. 31, pp. 259-260).
Por supuesto, las mujeres que no son madres pueden y deben también experimentar los beneficios de la risa sana y el buen humor. Solteras, viudas y divorciadas hemos de cultivar también el optimismo y la felicidad. La risa:
Según las estadísticas, los niños se ríen una media de doscientas veces al día, mientras que los adultos, veinte. Incluso existen adultas que «gimen por males supuestos. [...] Su rostro es siempre ceñudo. Las deja heladas la risa inocente de la juventud o de cualquiera. Consideran como pecado toda recreación o diversión, y creen que la mente debe estar constantemente dominada por pensamientos austeros. Este es un extremo» (Mente, carácter y personalidad, t. 1, p. 611). No caigas en extremos. Fomenta el hábito de una actitud alegre. Adquiere el hábito de estar siempre contenta (ver 1 Tesa. 5:16).
Enero 06