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-Somos privilegiados aquí en casa porque tenemos varias Biblias -dijo el papá-, pero hay personas que no tienen ni una sola. Se cuenta que en cierta ocasión a una pareja le dieron una Biblia. Nunca habían tenido ninguna, ni siquiera la conocían. Al esposo le llamó la atención y empezó a leerla. Cuando leyó suficiente le comentó a su esposa muy apenado que toda la vida habían estado actuando mal según la Biblia. Pasaron otros días y el esposo seguía dedicando tiempo a la lectura de la Biblia. Cuando llegó a cierta parte, le llamó la atención y le volvió a comentar a su esposa lo que había leído. Tal como le había dicho antes, realmente habían obrado mal y se consideraba que estaban perdidos según la Biblia. Los siguientes días, continuó dedicando tiempo para seguir aprendiendo; cuanto más leía, más comprendía cuánto habían estado equivocados; cada vez podía entender mejor el plan de salvación, el sacrificio que Jesús había hecho por el pecador. Se emocionó tanto que no pudo contenerse de volver a decir a su esposa que habían estado equivocados en todo ese tiempo. Pero, ¡oh, maravilla!, la Biblia decía que Dios mostró su gran amor hacia nosotros al enviar a Jesús a morir por los pecadores y de esa manera llegar a ser salvos. Esa fue la mejor noticia que él pudo darle a su esposa.
-¡Qué hermoso que haya descubierto que somos salvos por Jesús! -comentó Susana.
-No hay otro nombre en que podemos ser salvos -afirmó Mateo.
-Sí -dijo el papá-, solo en el nombre de Jesús.
Tu oración:_____________________________________________________________________________________________________________________________________
¿Sabías qué?
Antes de que estuviera impresa, la Biblia se escribía en pedazos de papel vegetal, en rollos de pergaminos y papiro.
24 de febrero