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-Como parte de la historia de Samuel, hablaremos ahora de David, e imaginaremos que él es quien nos habla -comenzó el padre esa mañana.
«Hola, me llamo David. Un día, me encontraba muy feliz en el campo cuidando a mi rebaño. Estaba cantando y tocando el arpa cuando llegó a buscarme un siervo de la casa de mi padre. Había una celebración con el profeta Samuel y yo tenía que estar.
»Dejé el cuidado de las ovejas al siervo y me apresuré a llegar a casa. Allí estaba el profeta. Fue un honor conocerlo. Antes de que yo llegara, Samuel había pedido conocer a mis hermanos y después había preguntado a mi padre si aquellos eran todos sus hijos. Mi padre le había dicho que solo faltaba yo. Así que el profeta no había querido empezar el banquete sin mi presencia. Realmente yo no entendía nada, pero allí estaba, delante del profeta, que me observaba. Luego me pidió en secreto que me uniera a él y me ungió con aceite. Entendí que Dios me estaba escogiendo para una misión especial.
» Después regresé al campo a seguir cuidando a mis ovejas, como si nada hubiera pasado. En ese lugar solitario y tranquilo, contemplando la belleza que me rodeaba, seguía componiendo y cantando alabanzas a Dios con mi arpa. Dios me inspiraba y me estaba preparando para llegar a ser rey algún día. Mientras tanto, seguí siendo un simple pastor de ovejas.
»Un día, el rey Saúl me mandó llamar para que interpretara música en el palacio, porque a veces un espíritu maligno lo tomaba y le aconsejaron que escuchar música le ayudaría con eso. Alguien me recomendó y fui delante del rey a tocar el arpa y a cantarle para que pudiera sentir paz. Es hermoso alabar a Dios por medio del canto, te animo a que lo hagas».
Tu oración:_____________________________________________________________________________________________________________________________________
¿Sabías qué?
A partir de su ungimiento, David fue tocado por el Espíritu de Dios.
22 de abril