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Muere un amigo

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«¡Oh, Israel, herida fue tu gloria en tus montañas! ¡Cómo han caído los valientes!». 2 Samuel 1:19

-En las guerras mueren muchos —inocentes dijo el papá-. Pelear contra los filisteos fue una gran derrota; muchos murieron, entre ellos el rey Saúl y sus tres hijos. A pesar de que este se había apartado de Dios, Jonatán, que sí amaba a Dios, había permanecido leal a su padre. Fue muy triste el final del primer rey de Israel; hubiera sido diferente si hubiera seguido la dirección de Dios. ¡Qué distinto es el resultado cuando una persona se aparta de los caminos trazados en la Palabra de Dios!

-Fue triste que también muriera Jonatán, porque él sí amaba a Dios —comentó Mateo.

-El gran amigo de David -agregó Susana.

-Eso es cierto -respondió el padre—, pero era un hombre valiente, que apoyó a su padre hasta el último momento. Las noticias de la derrota llegaron a Siclag, donde vivía David ansioso por saber el resultado de la batalla. Cuando un hombre, hijo de un amalecita, llegó con la noticia de la muerte de Saúl y de sus tres hijos y esperando recibir recompensa por ello, la reacción de David y de los que estaban con él fue diferente: se entristecieron, rasgaron sus ropas y ayunaron.

Había muerto su amigo Jonatán, con quien le había unido una gran amistad. Al rey Saúl, a pesar de haber sido perseguido por él, lo recordaba solamente por las cosas buenas que le habían sucedido; había sido el padre de su mejor amigo y lamentó también su muerte. La inspiración lo movió a componer un canto triste, que está registrado en 2 Samuel 1. Los buenos amigos son leales en las buenas y en las malas. Nuestro mejor amigo es Jesús y siempre nos acompaña -concluyó el papá.

Tu oración:Querido Dios, deseo que tú seas mi mejor Amigo.

¿Sabías qué?

David vivió en una ciudad filistea y el rey Aquis lo apreciaba tanto que quiso que lo acompañara a la guerra contra Israel.

29 de abril

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