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-El pueblo había presenciado un acto solemne -inició el papá-.
El traslado del arca del pacto a Jerusalén fue hecho con gran reverencia y siguiendo las instrucciones de Dios. Aquello quedó grabado en la memoria de todos y los hizo reflexionar en la importancia de ser fieles al Señor. David pensó en construir un templo donde poner el arca, y el profeta Natán lo animó a hacerlo, pero Dios habló al profeta para que le dijera a David que a él no le tocaría construir el templo, sino a su hijo. David tenía un corazón noble y se acordó del pacto que había hecho con su amigo Jonatán, así que preguntó si quedaba algún descendiente de él con vida. Le dijeron que sí, que le quedaba un hijo que era cojo; se llamaba Mefiboset. David lo mandó llamar, y él acudió temiendo por su vida.
-¡Pero si era el hijo del mejor amigo del rey, y el rey quería el bien para él! -comentó Mateo.
Pero Mefiboset no lo sabía, pues no conocía a David personalmente. Solo había escuchado rumores y creía que le había quitado el reino a su familia. Cuando llegó al palacio fue recibido bondadosamente por el rey y fue invitado a comer con él todos los días. ¿Se imaginan? También le devolvió todo lo que pertenecía a su familia. Por lo tanto, de la noche a la mañana se volvió un hombre muy rico, y a la vez muy cercano al rey. David se sentía contento de tener al hijo de su mejor amigo con él. Debemos tener un corazón noble como lo tuvo David, y realizar con gusto la voluntad de Dios -finalizó el papá.
Tu oración:_____________________________________________________________________________________________________________________________________
¿Sabías qué?
A David no se le permitió construir el templo porque había sido un hombre de guerra.
2 de mayo