“NO CONFÍES EN TU MEMORIA: ES UNA RED REPLETA DE AGUJEROS; LOS MÁS HERMOSOS PREMIOS SE CUELAN A TRAVÉS DE ELLA".

GEORGES DUHAMEL

Reflexionemos sobre el cerebro. Este maravilloso órgano puede recordar millones de pedacitos de información. Lamentablemente, la mayoría de estos elementos son canciones de campamentos de verano. Lo que de verdad quieres recordar, como la respuesta a la cuarta pregunta de la prueba de Historia, ha desaparecido como los postres más ricos en un almuerzo a la canasta.

Yo me olvido de muchas cosas. Por ejemplo, me olvido de lo que mi esposa me pidió que busque en la tienda. "Lo siento, querida. No me acordé de las bolsas para los sándwiches. Aunque me parece que no es tan terrible, ya que también me olvidé el pan de sándwich".

Una vez me olvidé una valija en el aeropuerto. Nadie se olvida su equipaje. Pero yo sí. Tuve que conducir tres horas de regreso al aeropuerto y admitir que yo era el cabeza de chorlito que se había olvidado la valija. Si tuviera que volver a hacerlo, creo que habría dejado el equipaje allí y habría usado la ropa que tenía puesta por una semana completa. Quizá nadie se habría dado cuenta.

Olvidar puede ser peligroso. Zach estaba en cuarto grado. Esa mañana en particular, se despertó lentamente, tomó el desayuno con los ojos apenas abiertos, recogió sus libros y arrastró los pies hasta la puerta para tomar el autobús.

-Zach -lo llamó su madre-. ¿No te estás olvidando de algo?

Zach se dio vuelta y la miro. Su mente hizo un inventario. ¿Mochila? La tengo. ¿Zapatos? Los tengo. ¿Pantalones? ¡Oh, no! Casi se iba a la escuela sin pantalones.

Pienso que nuestra memoria está lejos de funcionar del modo en que Dios lo planeaba cuando la creó. Probablemente, no era su intención que olvidemos tantas cosas; después de todo, él puede acordarse de todo con exactitud, ¿verdad? Sin embargo, hay algo que él sí olvida: nuestros pecados. Todo lo que tienes que hacer es pedírselo. Y esto es algo que puedes recordar, ¿verdad? Kim

Enero 22