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PROVERBIO ÁRABE
La historia dice así: Cierta aerolínea tenía una política que requería que el piloto estuviera al lado de la puerta mientras los pasajeros descendían del se avión. Debía sonreír y decirle a cada uno: "Gracias por volar con nosotros".
En un determinado vuelo, un piloto había aterrizado en la pista con mucha fuerza. Por eso, luego de este aterrizaje brusco, al piloto le costó mirar a los pasajeros a los ojos. Finalmente, todos habían bajado del avión menos una mujer mayor que caminaba con un bastón.
Ella se detuvo y se dirigió al piloto.
-Querido, ¿te molestaría que te hiciera una pregunta?
-No, señora -respondió-. ¿Qué pregunta?
La mujer dijo: -¿Aterrizamos, o nos derribaron?
¡Ay! ¡Qué dolor! Apuesto a que ese piloto nunca se olvidó de ese comentario.
En otro avión, en otra ocasión, una madre trataba de consolar a su bebé que lloraba. La verdad es que hay pocas cosas más molestas que el llanto de un bebé retumbando en el interior de un avión atestado. La madre comenzó a cantarle suavemente a su bebé y, al final, el llanto dio lugar al silencio cuando el bebé se durmió.
Un hombre en la fila de atrás de ellos se inclinó hacia adelante para obtener la atención de la madre.
-Tu bebé tiene suerte de que le cantes así -dijo.
El hombre brindó un cumplido en lugar de una queja. Y sé que la madre nunca olvidó la manera en que un desconocido le había dado una señal de aprobación.
Tanto los insultos como los cumplidos pueden dejar una impresión duradera. ¿Cómo quieres que se te recuerde al pasar por este mundo? Kim
Enero 28