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ELISABETH ELLIOT
Jack era un poco torpe, para decirlo con tacto. Para decirlo con menos delicadeza, era una bomba con piernas. Todo lo que tocaba parecía explotar.
Estaba llevando el teléfono de su papá por el garaje cuando se le cayó, y dejó una red de fisuras en toda la pantalla. Un día después de comprar un iPod Touch, se le cayó en el pote de agua del perro y lo arruinó para siempre. Rompió otro contra el suelo, y un tercero se le cayó al agua en el paseo "Es un mundo pequeño", en el Reino Mágico de Disney.
Por supuesto, esto hacía que Jack se entristeciera. Todo lo que tocaba parecía romperse en pedazos o dejaba de funcionar. A veces, hasta se prendía fuego.
-No te sientas mal -le dijo su papá-, Romper cosas es parte de ser humano. De hecho, rompemos hasta las cosas más hermosas e importantes en el mundo.
-¿En serio? -preguntó Jack.
-Quizás hayas escuchado sobre el Partenón de Grecia-contó su padre-. Es el templo más hermoso que queda del mundo antiguo. En determinado momento, un ejército estaba guardando municiones en el templo. Las municiones explotaron y lo dañaron considerablemente. Y ¿viste la esfinge de Egipto?
-¿Eso que parece un león con el rostro de una persona?
-Sí, es una gran atracción turística. En fin, alguien le rompió la nariz. Y la famosa pintura de Leonardo da Vinci, La última cena, fue seriamente dañada cuando trataron de llevarla a una nueva ubicación.
-¿Por qué querían moverla? -preguntó Jack.
-No tengo idea -respondió su papá-. El hecho es que las personas rompemos casi todo lo que tocamos. Pero lo bueno es que Dios es especialista en reparaciones.
-¿Va a arreglar mi iPod?
-No; él no repara mágicamente nuestros juguetes rotos -explicó su papá-.
Pero puede obrar para sanar nuestra tristeza y nuestros corazones quebrantados.
-Me gustaría que reparara electrónicos -dijo Jack.
-Creo que un día él reparará todo lo que importa. Y las cosas que no repare no importarán.
-¿Cuándo será eso? -preguntó Jack.
-Pronto -fue la respuesta-. Espero que muy pronto. Kim
Febrero 07