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La estatua de sal

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«Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir» (Salmo 32:8).

Lot, el sobrino de Abraham, fue a vivir con su familia a Sodoma. Sin embargo, las personas de ese lugar eran tan malas que los ángeles pidieron a Lot que saliera de allí cuanto antes con su mujer y sus hijas. También le indicaron que no debía mirar hacia atrás.

Cuando ya estaban fuera de la ciudad, Dios hizo llover azufre y fuego del cielo para destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra. La mujer de Lot quiso ver lo que estaba pasando y, desobedeciendo la orden, miró hacia atrás.

¿Sabes cuál fue el resultado? Quedó convertida en una estatua de sal.

¿Y yo?

¿Alguna vez has logrado alejarte del mal sin que te dé pena hacerlo?

Mi oración para hoy

Señor, ayúdame a ser obediente a tus mandatos.

Enero 23

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