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El padre de Anita preparó un helado y, a la hora de la merienda, llevó la caja al jardín, donde su hija estaba jugando con algunos vecinos. En el momento de servir el helado, Anita se portó fatal.
-¡Estoy en mi casa y mi padre hizo este helado! ¡Así que a mí me toca servirme primero!
Muy triste, su padre tuvo que explicarle que estaba equivocada. Sin embargo, pasó un buen rato hasta que Anita se dio cuenta de lo había hecho y se calló. Para entonces, como estaba haciendo mucho calor, el helado se había derretido completamente.
¿Y yo?
¿Acaso piensas tú como Anita? ¿Consideras que eres más importante que los demás y que tienes más derechos? Generalmente, este comportamiento trae malas consecuencias. Es mejor no imitarlo.
Mi oración para hoy
Jesús, yo no quiero ser egoísta. Enséñame a poner a los otros en primer lugar.
Enero 29