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La piel es una especie de capa que te cubre, tanto en verano como en invierno. Dios preparó la piel de modo que en invierno te calienta y en verano te refresca.
Cuando hace calor, puedes ver la humedad, el sudor, saliendo de la piel por unos orificios pequeñísimos que te refrescan.
Cuando sientes frío, los vellos que se encuentran en la superficie de la piel se levantan y producen calor.
Además, la piel te permite reconocer las cosas que tocas.
¿Y yo?
¿Te das cuenta de cuán útil es esa capa?
Mi oración para hoy
Muchas gracias, Señor, por haber cubierto mi cuerpo con la piel.
Marzo 05