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Andrés había ido a comer a casa de su amigo Alfonso. Cuando se sentó a la mesa, dijo:
-A mí solo me gustan las patatas fritas y las salchichas. Yo no quiero sopa.
-Pero aquí todos comemos sopa porque hace muy bien -le explicó la mamá de Alfonso, mientras le servía un poquito de sopa. El niño se molestó pero se la tuvo que comer.
-¡Ah! Yo no como ensalada -dijo Andrés, empujando el plato.
-Mira, te voy a poner un poquito de lechuga, tomate y zanahoria rallada porque tienen muchas vitaminas para que seas un niño muy fuerte -le dijo amablemente la mamá de Alfonso-. Dios te ha dado un cuerpo saludable y quiere que lo cuides.
Por eso creó muchos alimentos deliciosos y buenos para la salud. ¡Haz la prueba!
Y Andrés comió y… ¡le gustó!
¿Y yo?
¿Alguna vez te has quejado de la comida y has dicho que no te la vas a comer?
Mi oración para hoy
Ayúdame, Señor, a comer todos los alimentos que me dan en mi casa.
Mayo 15