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«No lo creáis»

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«Si alguno os dice: “Mirad, aquí está el Cristo” o “Mirad, allí está”, no lo creáis [...]. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dicen: «Mirad, está en el desierto», no salgáis, o «Mirad, está en los aposentos», no lo creáis». Mateo 24: 23-26

LA ESPERANZA DE LOS ELEGIDOS

LA CREENCIA MÁS ACEPTADA hoy en día sobre el regreso de Jesús se denomina el «rapto secreto». La colección de novelas titulada Dejados atrás hizo fortuna diseminando la idea de que, cuando Jesús regrese a la tierra, lo hará de forma secreta, silenciosa, como un «ladrón en la noche» (1 Tes. 5:2). En la primera escena, el piloto de 747 Rayford Steele vuelve apresuradamente a su hogar de Chicago de su vuelo trasatlántico abortado (en el que desaparecieron pasajeros misteriosamente a treinta y cinco mil pies), pero entonces descubre bajo las mantas el camisón de su esposa, su collar con el crucifijo y su anillo de casada: todo lo que quedó cuando fue raptada secretamente durante la noche por Jesús. Y ahora también su afligido esposo ha sido «dejado atrás».

¿Es esa la forma en que Jesús enseñó que volvería un día? Su advertencia en nuestro texto de hoy es sucinta y clara: «Si alguien les dice que he venido en secreto, no lo crean». De hecho, se repite para asegurarse de que sus seguidores lo captan: ¡No lo crean! ¿Qué podría resultar más claro que «no lo crean»? Para recalcar su enseñanza, Jesús presenta una ilustración.

¿Has intentado alguna vez dormir en medio de una tormenta eléctrica? ¡Aquí en Míchigan tenemos unas tormentas eléctricas en primavera que son una maravilla! Siempre que Karen y yo nos despertamos con una de esas atronadoras explosiones a medianoche, con nervios, damos inicio a la rutina del recuento de «cero uno, cero dos» para intentar calibrar el lapso entre el destello de luz blanca que ilumina la habitación y el estruendoso trueno. Lo que de verdad te pone los pelos de punta es ¡cuando la luz blanca y el retumbante trueno son simultáneos! ¡Significa que el rayo cayó cerca de ti!.

Y así, declaró Jesús, será la Segunda Venida: «Porque igual que el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre» (vers. 27). ¡Nadie despertará a la mañana siguiente deseando no haber estado dormido durante el regreso de Cristo!

¿Qué cambia las cosas la forma en que venga Jesús, con tal de que venga? Sigue la lógica. Si la Biblia realmente enseñase que los que se pierdan su venida secreta disponen de siete años más para prepararse para la Grande, ¿por qué prepararse ahora? La engañosa noción de una «segunda oportunidad» también adormeció a los antediluvianos con sus arrullos. No es de extrañar que el llamamiento de Jesús para que nos preparemos ahora sea «No lo crean».

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