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A los 23 años de edad, el "hogar" de María Teresa Incluía toda Austria, Hungría, Bohemia y algunas regiones de Italia. Al momento de su muerte, cuarenta años más tarde, se decía de ella que era la soberana más bondadosa que jamás hubiera portado una corona. Se honra su memoria hasta el día de hoyen las tierras donde gobernó. ¿Por qué? ¿Qué fue lo que hizo para que la amaran tanto?
En primer lugar, realmente se preocupaba por su gente. Construyó hospitales para los soldados enfermos y heridos; además, hogares para las viudas jóvenes de los oficiales del ejército y las jóvenes de familias pobres. También estableció sistemas de juzgados y escuelas públicas.
María Teresa siempre estuvo dispuesta a sacrificarse por el bienestar de su pueblo, como una verdadera madre. Nunca estaba inactiva; en realidad, lamentaba dedicar las horas nocturnas al sueño. Cierta vez dijo: "Me reprocho el tener que dedicar tiempo para dormir, porque es tiempo que le robo a mi pueblo”.
La noche antes de morir, la reina se dedicó a firmar algunos documentos y dar instrucciones a su hijo José.
-Mamá, debes estar cansada -le dijo su hijo-, ¿Por qué no te duermes? -En unas pocas horas ya no estaré más con ustedes -le respondió la reina-. ¿Me pides que las dedique a dormir?
Otra de las cualidades de esta mujer era su equidad. A ella le parecía que tanto el noble como el clérigo debían pagar impuestos, además del común del pueblo. En realidad, ellos tenían mayores posibilidades de hacerlo.
Tal vez la cualidad por la cual más la amó su pueblo haya sido la confianza que les tenía. En una ocasión se presentó ante la Asamblea Húngara con el propósito de solicitar su ayuda en la guerra para salvar a su reino de la ruina. -Estoy indefensa sin la ayuda de ustedes -declaró.
Entonces levantó a su hijito pequeño y dijo:
-¡Me encomiendo a mí misma y a mis hijos en sus manos!
Los húngaros no tardaron en responder a la súplica de auxilio con 100 mil soldados.
-¡Moriríamos por nuestra reina María Teresa! -gritó el ejército.
Lo creas o no, la confianza, la equidad, la laboriosidad y la solicitud son virtudes tan buscadas hoy como hace 250 años en el reino de María Teresa.
Marzo 25