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Pablo va a defender el evangelio, el único y el verdadero, comparando con el que los gálatas pretendían incorporar como otro evangelio. Veamos las características de uno y de otro. 1.Características del falso evangelio:
•Considera la muerte de Cristo como algo sin valor (2:21). •Las personas deben obedecer la Ley para ser salvas (3:12). •La gracia de Dios se gana practicando ciertos rituales (4:10).
•Confía en la obediencia a las leyes para apagar los pecados (5:4). 2.Características del verdadero evangelio:
•Enseña que Dios es la Fuente del evangelio (1:10, 11).
•Alcanzamos la vida por medio de la muerte de Cristo, a fin de que muramos al pecado y vivamos para el Señor (2:20).
•Los creyentes reciben al Espíritu Santo por medio de la fe (3:14).
•La única vía de salvación es la gracia de Cristo recibida por la fe. No podemos ser salvos por la obediencia a las leyes (3:21, 22).
•Los creyentes son uno en Cristo, sin discriminación (3:26-28).
•Somos liberados del pecado por la obra del Espíritu Santo (5:24, 25).
La reforma protestante exaltó el evangelio verdadero. El historiador Dr. J. H. Merle d'Aubigné escribió: "El cristianismo primitivo y la Reforma constituyen una y la misma revolución, producida en diferentes épocas y bajo diferentes circunstancias”. Los cinco grandes pilares de la Reforma realzaron el verdadero y único evangelio:
1-Sola Scriptura: Las Santas Escrituras, inspiradas por Dios, son la sola, única y suficiente autoridad en todos los asuntos de fe y práctica.
2-Sola Gratia: La salvación es solo y enteramente por gracia.
3-Solo Christus: Solo los méritos y la sangre de Cristo nos salvan, y hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
4-Sola Fide: La justificación mediante la sola fe es la verdad central del cristianismo y la verdadera prueba del evangelio.
5-Soli Deo Gloria: Solo a Dios sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos (Efe. 1:6; 3:21).
Querido lector, recuerda que "el camino al cielo no pasa por un puente con peaje sino por un puente gratis, a saber, la gracia inmerecida de Dios en Cristo Jesús. La gracia nos halla como mendigos, pero nos deja como deudores” (Augustus Toplady).