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NO ES LO MISMO una mujer con voluntad que una mujer voluntariosa. Tener voluntad es ser capaz de hacer lo contrario a nuestra tendencia inmediata, porque sabemos que es lo correcto. Es sinónimo de determinación para llevar a cabo aspiraciones y anhelos. Es poner a prueba nuestras capacidades para alcanzar un fin o un bien. No está manejada por la obstinación, sino por la razón, en concordancia con nuestros valores y principios morales. En cambio, ser voluntariosa es encapricharse con hacer siempre la voluntad de una. La mujer voluntariosa hace gala de su testarudez; siempre quiere tener la razón en todo y, si no lo logra, se vuelve intolerante y rencillosa. La Biblia se refiere a las tales, así: «Gotera continua (son) las contiendas de la mujer» (Prov. 19:13, RV95). Una gotera continua exalta el ánimo de cualquiera, llevándolo a niveles considerables de ansiedad.
He conocido a mujeres de ambos grupos y, para qué negarlo, algunas veces yo he sido voluntariosa. Si la mujer con voluntad se «empuja» a sí misma para el logro de sus objetivos, la voluntariosa «aplasta» a los demás hasta lograr lo que desea.
La voluntad como virtud ha llevado a muchas personas al logro de objetivos que a la vista de todos parecían inalcanzables. No se basa en la arrogancia; por el contrario, quien tiene voluntad reconoce sus limitaciones y sus habilidades y va hacia adelante sin falsas expectativas, como Adriana Macías.
Adriana Macías llegó a este mundo sin brazos. Muchos pensaron que eso era una desgracia; para ella, la vida fue un regalo que había que abrir poco a poco. Con gran voluntad, fe en Dios y confianza, se atrevió a soñar en grande y trabajó con entereza hasta hacer sus sueños realidad. Hoy es una reconocida escritora, abogada y conferencista. Sus pies son sus manos y no hay actividad que no pueda hacer.
Una mujer con voluntad:
• Somete su voluntad a la voluntad de Dios.
• Cuando inicia una tarea, la termina.
• Asume riesgos sin ponerse en peligro.
• Se atreve a ir a contracorriente para defender sus valores.
• Toma decisiones en consulta con la Palabra de Dios.
• Busca el sentido de su vida en el Creador.
Amiga, en cualquier condición que te encuentres, descúbrete y apréciate como Dios lo hace; desafiando el desánimo, atrévete a cumplir el plan de Dios para tu vida.