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Un aprendizaje de vida

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«Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó». (Génesis 1:27).

LOS ESTRAGOS DEL PECADO no serán para siempre; en el cielo ya no existirá ningún tipo de lucha entre los sexos. Las personas serán nuevamente «buenas en gran manera», tal como salieron de la mano del Creador; la semejanza a nuestro Padre celestial será restaurada en cada habitante de la tierra nueva. Dios bendijo a la primera pareja y, cada vez que tiene lugar un enlace matrimonial, la bendición de Dios alcanza a los esposos y está disponible por siempre.

Mientras estemos en esta tierra, es nuestro reto como personas casadas cultivar el amor. El esposo ama con todos sus sentidos (vista, olfato, tacto, palabras y oído); la mujer expresa amor con detalles y palabras de afecto. Su naturaleza pide protección y a alguien que le brinde seguridad.

Las emociones, los sentimientos y los estados de ánimo, normalmente, suelen ser más estables en los varones que en las mujeres. La mujer experimenta altas y bajas en sus estados de ánimo, emociones y sentimientos, muchas veces resultado de nuestro sistema hormonal. La objetividad del hombre, muchas veces, le impide aceptar la intuición femenina. El varón se basa en los hechos; la mujer, en sus impresiones emocionales. Ambas percepciones, unidas, serían de enorme utilidad para la resolución asertiva de los desacuerdos.

La mayor debilidad de los varones es el desaliento. Si las cosas no salen como ellos las habían planificado, su deseo de conquista y de lucha se ve avasallado por el desánimo; no obstante, si tienen una esposa que se dé cuenta de estas cosas y los impulsen a superar ese tipo de fracasos, seguro se sentirán triunfadores en la vida. Por su parte, la mayor debilidad de la mujer es su tendencia a la tristeza y a experimentar soledad. Por eso espera de su compañero de vida palabras de amor y ternura constantemente.

La convivencia feliz entre hombres y mujeres está asegurada si comprendemos y aceptamos la voluntad de Dios al crearnos varón y mujer. Esto nos dará una mirada de respeto a nuestras diferencias; fruto de ese respeto, cada uno podrá ser como es, sin exigir, aunque pueda hacer sugerencias de cambio. Aprendamos a estar juntos como pareja; ese será un gran aprendizaje de vida.

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