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La Fe de Abraham

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«Hemos dicho que Dios tuvo en cuenta la fe de Abraham para reconocerlo como justo». Romanos 4:9.

Con la ayuda de papi o mami véndate los ojos con un pañuelo y trata de caminar con los ojos vendados. Es difícil no saber a dónde vas, ¿verdad? Pues hoy te contaré de un animal que puede moverse fácilmente, aunque no pueda ver. Se trata del murciélago.

El murciélago emite sonidos que nosotros no podemos captar con facilidad, pero él sí. Cuando él escucha el eco de cada sonido que emitió entonces puede saber dónde está cada cosa y puede también encontrar comida.

Como el murciélago usa el eco para orientarse, los científicos le han llamado a ese sistema ecolocalización. Es una palabra larga, si quieres aprenderla repite despacio después de mamá. E-co-lo-ca-li-za-ción.

La Biblia cuenta la historia de un hombre llamado Abraham. Aunque él sí podía ver, la Biblia cuenta que Dios le dijo que saliera de su hogar, pero él no sabía a dónde iba. Viajó por varios lugares: ríos, montañas y desiertos. Hasta que llegó a donde Dios le dijo.

Abraham no usó el eco para orientarse, pero sí confió en Dios, aunque no sabía a dónde iba. Eso se llama fe. Tener fe es confiar en lo que Dios te dice. Gracias al eco, el murciélago consigue comida. Los cristianos, gracias a la fe, podemos acercarnos y conocer a Jesús. ¡Qué lindo!

Palabra que aprendimos hoy: Eco.

Oración: Amado Jesús, ayúdame a confiar en ti y a tener la fe de Abraham.

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