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Las polillas son parientes de las mariposas, se parecen mucho. Ellas encuentran el camino durante la noche usando la luna y las estrellas, y tienen el cuerpo velludo para mantenerse calientes cuando vuelan. Algunas son muy bonitas y coloridas, pero otras no son tan bonitas y pueden incluso ser venenosas. A algunas polillas les gusta hacer agujeritos en la ropa y en otras cosas de la casa.
Un día, Jesús usó a este animalito para dar una importante lección. Jesús dijo que no debemos guardar nuestros tesoros en la tierra. O sea que cosas como el dinero, el carro, la ropa cara y los muebles de la casa no son los tesoros más importantes, porque la polilla y el óxido los pueden destruir. Incluso puede venir alguien y llevárselos.
En la Biblia, Jesús nos dice que debemos guardar nuestro tesoro en el cielo. Quizás te preguntarás: «¿Cómo hago eso?». Fíjate que es muy fácil. Cada vez que compartes tu dinero con las personas que lo necesitan, o lo das para ayudar en la iglesia, lo estás dando a Jesús y él te recompensará en el cielo con grandes bendiciones.
Recuerda que guardas tesoros en el cielo haciendo cosas buenas por los demás y aprendiendo cada día más de Jesús para poder parecerte a él cada vez más. Ni la polilla ni el óxido pueden destruir los tesoros que guardas en el cielo. Y mejor aún, nadie podrá llevarse esos tesoros.
Palabra que aprendimos hoy: Guardar.
Oración: Querido Jesús, quiero ayudar a otros, ayúdame a hacerlo.