Cuando el pasado duele

HACE TIEMPO salí con un hombre que me hizo una confesión difícil de encajar: en sus años de estudiante universitario, antes de su conversión, había sido promiscuo. Me vi ante una pregunta complicada de responder: ¿Cómo superar el pasado sexual de mi pareja y poder construir a partir de ahí una relación sólida y estable? Por razones que no vienen al caso, aquel noviazgo nuestro terminó, pero si tú eres una de esas mujeres casadas con un hombre cuyo historial sexual antes de su conversión es extenso, espero que esta reflexión pueda conectar contigo y ayudarte en tu lucha silenciosa.

1) No permitas que el pasado te atrape, que pensamientos obsesivos sobre algo que no puedes cambiar te asalten constantemente. Conviene para eso que pongas límites al nivel de detalles en las conversaciones que mantengas con tu esposo sobre este tema. ¿Para qué crear nuevos «recuerdos» o caer en la tentación de hacer más reproches?

2) No te tomes como algo personal esos «pecados sexuales». Seguramente nada tienen que ver contigo y sean anteriores a tu llegada a su vida, así que no los tomes como si hubieran sido contra ti.

3) Vence el orgullo herido. El problema de los pecados «visibles» es que son más difíciles de superar por una cuestión de orgullo. Pero difícil no quiere decir imposible. Ahora tú eres la amante de tu esposo; ámalo de tal manera que todas las anteriores caigan en el olvido.

4) Mantén tu autoestima intacta. A este respecto Shannon Ethridge hace una afirmación excelente: «Nuestra autoestima no se basa en un historial sexual, sino en quiénes somos en Cristo». Antes de dar rienda suelta a nuestras inseguridades, lo cual tendría un impacto negativo sobre el matrimonio, hemos de intentar dar un salto de madurez y hacer saber a nuestro esposo que confiamos plenamente en que ha cambiado.*

Todos hemos cometido errores y todos merecemos la oportunidad de regresar al buen camino. Para lograrlo es vital encontrar apoyo, compromiso y amor incondicional. Este es el momento de demostrar el verdadero amor de una esposa, amiga y Compañera cristiana.

“Nuestra autoestima no se basa en un historial sexual, sino en quiénes somos en Cristo”. Shannon Ethridge