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Inconformismo cristiano

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«No se amolden al mundo actual» (Rom. 12: 2, NVI).

LA PSICÓLOGA chilena Pilar Sordo narra un experimento que hizo con mujeres.* Se fue a una zapatería y le pidió al vendedor que simplemente la dejara estar allí, observando. Entró una primera mujer a la tienda y preguntó: «Esos zapatos rojos de allí, ¿los tiene en negro?». El vendedor le dijo que no y la mujer se fue. Luego entró otra, que preguntó: «Esas botas puntiagudas del escaparate, ¿las tiene con punta redonda?». De nuevo la respuesta fue negativa. Una tercera mujer llegó y dijo: «Estos zapatos de tacón bajo, ¿los tiene con tacón alto?». «No», contestó el vendedor. Y así pasaron diez mujeres en un breve espacio de tiempo. Pilar, la psicóloga, preguntó entonces al dependiente: «¿Cuántas mujeres entran al día y compran un zapato tal cual es?». «No más de dos, el resto compran porque les ofrecemos alternativas distintas a lo que nos piden cuando llegan».

Los hombres se sorprenden mucho con el inconformismo femenino, con nuestra búsqueda de perfección y nuestra constante insatisfacción. Esperamos que nos adivinen el pensamiento, que respondan a nuestras expectativas sin que siquiera les digamos lo que queremos. O peor aún, esperamos que cambien para que se adapten a nuestra manera de entender cómo deben ser y qué deben hacer Reconozcámoslo, no somos fáciles. Nos centramos demasiado en lo que nos falta. Somos inconformistas en donde no debiéramos serlo, si es que queremos ser felices. Y sin embargo, nos volvemos conformistas en cuestiones más esenciales de la existencia en las que sí sería positivo vivir inconformes y luchar por cambiar el statu quo.

La Biblia nos llama a otro tipo de inconformismo que nada tiene que ver con estas superficialidades; de hecho, nos llama a estar inconformes con el inconformismo predominante en nuestros días, que tiene que ver con la moda o la vanidad. «No os conforméis a este mundo», leemos (Rom. 12: 2, RV95); este mundo nos dice que el zapato tiene que ser perfecto, pero Dios nos dice que es más importante el cuerpo que la ropa. Este mundo nos dice que busquemos al hombre perfecto, pero según las Escrituras, perfecto no hay ni siquiera uno, lo que podemos es amar a alguien imperfecto y no esperar que cambie.

Disfrutar las cosas sencillas y ver el lado positivo de todo, ¿qué te parece como reto para hoy?

“La mujer siempre busca a su príncipe azul. Cuando lo encuentra, resulta que no es del tono de azul que quería”. Anónimo

* https://www.youtube.com/watch?v=SLpJ7fOpXC0 consultado en agosto de 2014.

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