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TUVE BASTANTES OPORTUNIDADES de aprender e impartir cursos bíblicos en escuelas. Enseñar la Biblia cambió mi vida por completo. Nuestra familia se llenó de ricas experiencias espirituales; crecimos fuertes en fe y en el amor de Cristo. A pesar de todo, tuvimos problemas. Primero me hicieron una cirugía a corazón abierto. Todos oraron con sinceridad para pedir el toque sanador. Tuve mucha fe y confianza en Jesucristo, a quien pedí una recuperación total. Entré al quirófano en oración. Mi Dios me acompañaba y salí con éxito. Agradezco cada momento de mi vida por su gracia salvadora.
Luego, Dios salvó a mi esposo de un terrible accidente y preservó su vida para que continuara. Su ministerio. Esto es lo que sucedió. Mi esposo y el pastor Isaac habían presidido juntas y tenido sesiones de consejería con jóvenes todo el día. Regresaban en auto esa misma noche. En el camino, se estacionaron para comprar fruta a un vendedor ambulante. Mi esposo encontró frutas bien maduras y se inclinó a escoger las mejores. Justo en ese momento un tractor se estrelló contra el puesto. El conductor había perdido el control del vehículo y atropelló a mi esposo. Lo derribó.
-¡Está debajo de la rueda! -gritó el pastor Isaac, mientras se juntaba una multitud. Mi esposo dice que en una fracción de segundo, una mano invisible lo jaló para sacarlo de la parte inferior del tractor y lo dejó en una posición segura. Dice que Dios envió a su ángel guardián para protegerlo del espeluznante accidente.
Los testigos lo vieron levantarse sin un rasguño y se asombraron. Dijeron que Dios había salvado su vida por un propósito. El Dios que sustenta a Israel jamás duerme. ¡Ese fue un gran milagro suyo! También agradezco a Dios por su guía y ayuda en ese momento.
Doy gracias a Dios porque me ha guiado maravillosamente. Estoy segura de que mi Padre celestial tiene un propósito especial para mi vida, también. Me ha dado oportunidades de servir en su viñedo y quiero ser fiel.
Kalaiselvi Jebamony