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PORQUE LO DIGO YO

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«¿Dónde estabas cuando yo afirmé la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto!» (Job 38: 4).

«¡Porque lo digo yo!» Esta es la peor frase que puede decir un padre. Es una respuesta muy pobre, pero ¿qué niño no la ha recibido después de pedir algo a sus padres? En mi opinión, esta respuesta no es una respuesta, es una forma de salir del atolladero de padres poco creativos que no pueden encontrar una buena explicación para las reglas que ponen en la casa. Yo odiaba recibir esta respuesta cuando era joven.

Me considero mejor madre que las que usan esta respuesta. Bueno, me consideraba mejor madre hasta esta tarde, cuando bajé las escaleras para encontrarme el piso de la cocina y del comedor, así como el perro, totalmente cubiertos de mantequilla. Mi hijo de dos años derramó mantequilla por todas partes. Yo intenté mantener la compostura mientras limpiaba aquel desastre, pero me costó bastante lograrlo. Horas después, mi hijo tuvo el atrevimiento de pedirme más mantequilla. Le dije: «¡¡¡Noooooo!!!». Cuando me preguntó por qué no, le dije (y me avergüenza reconocerlo) la consabida frase: «¡Porque lo digo yo!».

Job recibió de Dios una respuesta parecida. Durante todo el libro, Job se justifica ante Dios: Yo no merezco esto, quiero defenderme. ¿Por qué permitió el Señor que le pasaran cosas tan malas cuando él le había sido tan fiel? «¿Por qué, Señor, por qué?» Y Dios no respondió a esa pregunta sino que se la saltó completamente. Me gusta eso. En lugar de responder, lo que Dios hace es bombardear a Job con preguntas: «¿Dónde estabas cuando yo afirmé la tierra? Cuando el mar brotó, ¿quién le puso compuertas? ¿Alguna vez en tu vida has dado órdenes de que la luz se difunda por la tierra?». Lo que Dios estaba haciendo básicamente era recordarle a Job quién era él: él era Dios. Y Dios conoce el fin desde el principio. Si él decide permitir que algo suceda, está en todo su derecho, nos guste o no. ¿Por qué le permitió a Satanás poner a Job, a prueba? Dios hace entender a Job que suceden muchas cosas que nosotros no entendemos, pero él lo ve todo. La respuesta de Dios es: «Date cuenta de a quién le estás haciendo tus preguntas. Recuerda quién soy yo».

¿Tienes preguntas para Dios? ¿Quieres que te explique ciertas cosas? La próxima vez que le hagas preguntas -cosa que estás en todo tu derecho de hacer-, recuerda quién es él. Recuerda que tú no comprendes realmente todo, y que a veces es mejor confiar en él.

MH

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