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Estaba completamente desnuda y no tenía ni idea de que podíamos verla. El nuevo edificio construido frente a nuestra escuela tenía ventanas de cristal en los baños. No muy buena idea, especialmente si uno se olvida de correr las cortinas cuando se va a dar una ducha, que es precisamente lo que le pasó a la pobre mujer. Además, su ventana daba a nuestra cafetería, en la que había cientos de muchachos al acecho. No sé quién la vio primero, pero en cuestión de segundos todos los de séptimo y octavo grado estábamos de pie señalando a la mujer y mirando en su dirección, Imagínate el shock que se llevó ella cuando miró hacia abajo y vio tanto público... Se agachó inmediatamente y luego vimos su mano subiendo por la pared en busca de una toalla. Durante el resto del año, aquellas cortinas no volvieron a abrirse.
A veces me siento como esa pobre mujer cuando agacho la cabeza para orar en un restaurante, en un avión o en cualquier lugar público. Me siento expuesta, como que todo el mundo me está mirando, pensando que soy tonta o esperando que haga grandes cosas para demostrar mi cristianismo. Supongo que no soy como Daniel. A Daniel no le importaba que lo vieran orar ni qué consecuencias pudiera tener por orar con la ventana abierta. Sabía que podía ser arrojado a leones hambrientos por eso, pero era valiente y seguía orando frente a su ventana a pesar de las posibles consecuencias. Y Dios lo bendijo. No solo cerró la boca de los leones sino que una y otra vez honró a Daniel a lo largo de los años. Lo recompensó por su fidelidad.
Daniel siempre puso a Dios en primer lugar, incluso antes que su propia vida. Y tú, ¿eres como la mujer de la ducha (temes que te estén mirando) o tienes la valentía de Daniel y estás dispuesto a ponerte en el punto de mira para que todo el mundo se dé cuenta de que eres seguidor de Jesús? ¿No temes las posibles consecuencias? Si quieres ser un ejemplo de cristianismo, sacúdete los temores de que te estén mirando y toma la decisión de que lo único que importa es lo que Jesús piense de ti. Pídele que te dé valor para ensalzar su nombre y oportunidades para llevar a otras personas a sus pies.
MH