Discutir por discutir es tontería

LA NOTICIA en la prensa me entristeció, pero tampoco puedo decir que me sorprendiera. Lamentablemente, con frecuencia se repiten ese tipo de incidentes. El titular decía: «Ha muerto otro ser humano viendo futbol». El suceso tuvo lugar en Argentina. ¿Será posible que la gente se altere tanto por un deporte que lleguen a las manos?

Jugaban Chicago contra Tigre. Los hinchas de los dos equipos, que no tenían nada mejor que hacer, comenzaron a discutir; de la discusión pasaron a los insultos; de los insultos, a lanzarse objetos; de los objetos llegaron a las manos. Algo que debería ser un disfrute, un momento de alegría, termina mal por causa de la adrenalina, la falta de dominio propio y con toda seguridad del alcohol y las drogas.

«¿Y qué tendrá que ver esto conmigo?», te estarás preguntando. «Pues mucho», te contesto yo, porque la semilla de la violencia está en todos. Quizás no a tan gran escala como la noticia que acabo de contar, pero todos perdemos de vez en cuando el control, la paciencia, el dominio propio, la tolerancia y, de ahí a perder el respeto, hay un pasito.

Tal vez ni siquiera te gusta el futbol, pero discutes por tonterías con tus hermanos por el control de la televisión, los videojuegos o la bicicleta. Quizás en la Escuela Sabática discutes con otro de la clase por que no estás de acuerdo con él. O a lo mejor en el colegio ya no soportas a algún compañerito y actúas de tal manera que todo el mundo se da cuenta de que lo rechazas. Todo eso, es la intolerancia, la violencia y la falta de dominio propio. ¡¡¡Cuidado!!! Si las dejas crecer, tal vez un día acabes a pedradas con otro ser humano. Eso sería triste, pues Jesús lo ama a él tanto como a ti.

Jesús nos llama a ser amigos de todos y enemigos de nadie. A llevar la paz donde vayamos ya no perder el tiempo y las energías en discusiones sin sentido que no conducen a ninguna parte.