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MOODY Y SU JOVEN amigo trazaron un plan. Aquella noche, mientras el muchacho hablaba con su mamá para que aceptara a Jesús, el pastor estaría orando para que todo saliera bien. Con el poder de Dios, estaban convencidos de que tendrían éxito.
Cuando el muchacho llegó a la casa, su mamá estaba hablando con unas visitas, así que se sentó a esperar la oportunidad de hablarle. Pero la oportunidad no se daba, y él comenzaba a impacientarse. Como las visitas no se iban y se estaba haciendo tarde, la mamá le pidió que se fuera a la cama. ¿Te imaginas la tristeza que sintió nuestro amigo? Con todas las expectativas que tenía en su corazón... Sin embargo, como un muchacho cristiano, se levantó y obedeció a la mamá, «Buenas noches», dijo a todos los presentes; y se dirigió a su habitación. A mitad de camino se detuvo, se giró, dudó por un momento, y luego se echó a correr hacia los brazos de su mamá. Ella se preocupó muchísimo.
-¿Qué te pasa? -le preguntó-. ¿Estás enfermo?
Entre lágrimas, su hijo le contestó:
-Llevo semanas orando por ti, para que le entregues tu corazón a Jesús. Yo dejé de decir malas palabras, de hacer cosas que no debía, de portarme mal, ahora soy obediente y amigo de Jesús, y lo que más quiero en el mundo es que tú también seas amiga de Jesús.
Después de decir eso, el muchacho se fue corriendo para su cuarto. Cuando las visitas se marcharon, la mamá pudo oír el llanto de su hijo a la distancia, y también sus palabras de oración: «Jesús, por favor, te pido que mi mamá se convierta». La mamá se acostó, pero no pudo dormir en toda la noche. A la mañana siguiente, le entregó su corazón a Jesús.
¿Sabes? No hay nada que conquiste más el corazón de tus padres que tu amor por ellos, tu obediencia a lo que te piden, y tu intento de ser como Jesús. Si quieres que tu mamá o tu papá acepten a Jesús, muéstrales estas tres cosas. Cuando vean ese cambio en ti, será un sermón tan poderoso que querrán conocer mejor a tu Jesús.