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¿ALGUNA VEZ te han salido los ojos rojos en una fotografía? A mí también. ¡¡¡Cómo me molesta eso!!! Aunque ahora hay mecanismos para disimularlo un poco, lo cierto es que cuando nos tomamos una foto en lugares poco iluminados, casi siempre sucede. ¿Sabes por qué? Porque al dispararse el flash de la cámara para compensar la ausencia de luz ambiental, esa luz blanca y fuerte impacta nuestras retinas y llega a una zona cargada de vasos sanguíneos. De ahí resulta el color rojo: de los vasos sanguíneos que bañan la retina. Esto pasa siempre que la luz del flash nos da de frente, y que la distancia es corta respecto a la cámara y estamos mirando directamente al objetivo. ¿Sabes qué? Esto se da más con los niños y las personas que tienen ojos claros, porque son más sensibles a la luz.
Para evitar eso de los ojos rojos en las fotos, los fotógrafos profesionales utilizan muchas luces ambientales para mejorar la iluminación del lugar. Con eso se arregla el problema porque la pupila se contrae, es decir, se cierra ante el exceso de luz, así que el impacto del flash no es tan grande y no se ve la parte roja del ojo. También se puede corregir con un flash parpadeante que se enciende y se apaga por un momentito antes de que se dispare la fotografía, porque ayuda a que el tamaño de la pupila se adapte. Nuestros ojos son algo increíble, aunque no nos guste que se nos vean rojos en las fotos.
De la misma forma que un fotógrafo profesional puede corregir el efecto de los ojos rojos en las fotos, Jesús puede corregir los defectos de nuestro carácter, si se lo pedimos. Él es el primer interesado en que luzcamos bien y tengamos amigos. Por eso, él quiere que cada día mejoremos nuestros defectos y desarrollemos nuestras virtudes. Si se lo pedimos, puede ayudarnos a superar esas cosas de nosotros mismos que no nos gustan, y que todos pueden ver porque son evidentes.
¿Qué te parece si esta mañana le pedimos a Jesús que nos ayude a corregir nuestros defectos de carácter? Estoy segura de que él quiere hacerlo, pero está esperando a que se lo pidas. Este es un buen día para empezar. El «fotógrafo» divino está dispuesto a ayudarte.