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*Necesitarás comida con diferentes sabores: agridulce (naranja), dulce (manzana, plátano), amargo (cáscara de limón, té), salado (sal, galleta salada) y un espejo.
Nuestro amoroso Dios desea que seamos muy felices y disfrutemos todo lo que hacemos.
Cuando comemos, no solamente nutrimos nuestros cuerpos para crecer, sino que Dios colocó una parte del cuerpo para que podamos disfrutar los diferentes sabores. Es la lengua, y tiene aproximadamente 10 000 papilas gustativas, que son los puntitos que se pueden ver (permita que vea los puntitos de su lengua con el espejo).
Cierra tus ojos por un momento e identifica cada sabor con tu lengua. (Permítale probarlo de sabor agridulce, salado, dulce y amargo.)¿Cuál sabor te gusta más? ¿Dulce, ácido, salado, amargo?
Dios nos dio nuestra lengua para que podamos degustar lo que nos llevamos a la boca. Es un regalo maravilloso, porque podemos disfrutarlos alimentos con sus diferentes sabores.
Cuando el pueblo de Israel se encontraba en el desierto, Dios le mandó un alimento que caía desde el cielo, como la lluvia suave durante la noche. Temprano en la mañana, los israelitas encontraban sobre la tierra el delicioso maná.
¿Tienes idea de cómo era y qué sabor tenía? El maná era como las hojuelas del cereal que comemos, y su sabor era delicioso, dulce como la miel. Así pudieron alimentarse con ese delicioso maná durante muchos días.
HABLA CON DIOS
Gracias, Dios, porque podemos disfrutar lo que comemos. Amén.