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*Necesitarás un ventilador y 5 figuras de Jesús impresas o letreros que tengan su nombre.
(Coloque las figuras o los letreros de Jesús en las diferentes habitaciones de la casa.)
-Muchas veces nos hablan de Jesús, pero yo no lo veo -dijo Jorge a su mamá-. ¿Por qué no está aquí para que yo lo pueda ver y abrazar?
-Es una buena pregunta -respondió la mamá. [Encienda el ventilador y que el aire le dé a su niño(a).] ¿Alguna vez también tú te has hecho esa pregunta? Te lo voy a explicar así: hace un momento encendí el ventilador porque sentí un poco de calor y ahora me siento mucho mejor. ¿Qué fue lo que refrescó la habitación? [Su niño (a) contesta: el viento.]
El viento nos ayuda a muchas cosas: nos refresca en un día caluroso, ayuda a polinizar las plantas, nos da el oxígeno que respiramos, hasta genera energía. Sin embargo, ¿podemos ver el viento? ¿Qué forma tiene? El viento no se puede ver, pero sí se puede sentir y podemos disfrutar sus beneficios. Nosotros sabemos que Dios existe y está en todos lados, aunque no podamos verlo cara a cara. Pero aunque no lo veamos, podemos confiar en que nos acompaña a dondequiera que vamos, es nuestro mejor amigo y que algún día lo veremos cuando vayamos al cielo.
Ahora ve y encuentra en la cocina, el baño, la cama, el patio y la sala, las figuras de Jesús. Recuerda que siempre está a tu lado.
HABLA CON DIOS
Gracias, Jesús, por ser mi mejor amigo, porque me acompañas y sé que algún día te veré cara a cara. Amén.