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*Necesitarás monedas y billetes, una hoja de papel y lápices de colores.
¿Quién es el dueño de todo lo que tenemos? ¿Quién le dio su trabajo a tu papá para que tengas comida, ropa, una casa y muchas otras cosas?
Dios es el dueño de todo y por lo tanto, lo que tenemos se lo debemos a Él. (A un costado, coloque la décima parte de los billetes y las monedas, separada del resto del dinero.) Imagina que trabajaste durante una semana y que ganaste todo este dinero. Entonces, Dios te dice [llame a su niño(a) por su nombre]: «Quiero que me des una parte de lo que tienes, porque necesitamos que la gente conozca mi amor. Ese dinero se puede usar para pagar misioneros y pastores en todo el mundo». Entonces tú le respondes a Dios: «Está bien, toma una de las dos partes».
Si tú fueras Dios, ¿cuál escogerías? La más grande, ¿verdad? Sin embargo, ¿sabes?, Dios no es como nosotros. Él solamente nos pide una décima parte, una pequeña parte. (Dibuje un pastel. Divídalo en diez partes. Coloree la parte que corresponde a Dios de un color, y las otras partes de otro color.) Casi siempre, cuando nos dan a escoger, preferimos la parte mayor, pero Dios se queda con la menor.
Aun así, hay personas que no quieren dar siquiera esa décima parte a Dios. Cada vez que vayas a la iglesia y pase la canastita, pon tu ofrenda, pues así ayudas a muchos misioneros, para que prediquen el amor de Dios a los que no lo conocen.
HABLA CON DIOS
Querido Padre celestial, ayúdame darte las gracias y devolver la parte que es tuya, amén.