|
*Necesitarás un sobre y una computadora.
La familia de Luis decidió ir ese domingo al parque de diversiones, que quedaba a unas cuantas cuadras de su casa. Al llegar, la mamá cargó en sus brazos a Liny, de dos años. El papá tomó a Luis de la mano.
Había gente en los juegos, en el pasto con sus mascotas, o comía los antojitos que vendían los puestos ambulantes. Mientras el papá compraba unos helados, Luis vio cómo un señor ofrecía a la gente globos de muchos colores. Se emocionó al verlos y se soltó de la mano del papá para preguntar su precio.
Como el papá pagaba los helados, no sintió el momento en que Luis se soltó. Después de un instante, se percató de que su hijo ya no estaba con él. Volteó hacia un lado, luego hacia otro, y no lo vio. Luis, por su parte, regresó al lugar donde había dejado a su papá, pero no lo encontró. Ambos se buscaron, pero era tanta la gente que les fue imposible encontrarse.
Una señora que paseaba con sus hijos vio que Luis estaba solito y llorando, entonces se acercó a ofrecerle ayuda. Le hizo varias preguntas; una de ellas fue si sabía su dirección. Afortunadamente, Luis sí la sabía. La señora amablemente lo llevó, y allí se encontró de nuevo con sus papás.
Tú, ¿sabes cuál es tu dirección? Búscala en Internet y ubica tu casa. Luego, en un sobre, escribe tu dirección y di a tus papás que te ayuden a memorizarla.
HABLA CON DIOS
Querido Jesús, gracias por ayudarme a recordar dónde vivo. Que tus ángeles me protejan en todo momento, amén.