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*Necesitarás un plátano echado a perder y un plátano maduro.
Te traje un plátano para que te lo comas (muestre el plátano echado a perder). ¿No te gusta? ¿Por qué no lo quieres comer? Claro, está echado a perder.
Parece que aquí tengo otro plátano (muestre el plátano maduro). ¿Este sí lo quieres? [Dé a su niño(a) el plátano para que lo coma]. Nuestras vidas son como uno de estos plátanos. La Biblia dice que la gente nos conocerá por nuestros frutos. ¿Qué significa eso?
Significa que los niños que obedecen a sus padres y maestros, y se portan amables con los demás, son como el plátano amarillo y delicioso. Pero los niños que continuamente pelean con sus hermanos y compañeros, y desobedecen a sus papás o maestros, son como el plátano podrido, negro y desagradable. ¿A cuál plátano deseas parecerte?
Pide a Dios que te ayude a ser como el plátano amarillo y hermoso.
HABLA CON DIOS
Querido Jesús, ayúdame aportarme bien. Quiero parecerme al plátano bonito. Que la gente vea en mí buenos frutos. Amén.