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*Necesitarás el dibujo de un perrito para colorear, lápices de colores y un regalo para tu mascota (si la tienes).
Ese fin de semana, el profesor Ueno y su hija fueron a la granja de unos amigos. Todo fue divertido, pero lo mejores que regresaron a su casa con un hermoso regalo de parte de sus amigos: ¡Un hermoso perrito! Al principio se veía enfermizo porque no quería comer, pero pronto se recuperó y lo llamaron Hachiko.
Pasaron los meses y los años. La hija de Ueno se casó, así que el profesor se quedó solo con Hachiko. Todos los días, para ir a su trabajo, Ueno tenía que tomar el tren. Su perro siempre lo acompañaba a la estación. Por la tarde, cuando regresaba, Hachiko estaba ahí esperándolo.
Ueno y Hachiko pasaban lindos momento. Jugaban juntos, Hachiko comía al lado de la mesa, se recostaba al lado de su amo en el sofá. Pero años después, en una mañana triste, el profesor sufrió un infarto y murió. Hachiko, creyendo que su amo seguía vivo, iba cada mañana y cada tarde a la estación del tren a esperar a su amo, pero él no aparecía.
La gente del pueblo pronto se dio cuenta de la lealtad del perro hacia su amo y en abril de 1934, se levantó una estatua de bronce en su honor. Hachiko estuvo presente el día que se inauguró.
Los animales nos enseñan que debemos amar y ser fieles a nuestros papás, maestros y amigos.
HABLA CON DIOS
Gracias, Dios, porque puedo aprender grandes lecciones de los animales. Ayúdame a ser leal a mis seres queridos como Hachiko. Amén.