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En el equipo de Dios

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No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo, 1 S. Juan 2: 15.

*Necesitarás una hoja blanca y lápices de colores.

Luis visitó a sus primos en vacaciones. Fueron a parques y museos y se divirtieron mucho. Un día antes de regresar a su casa, sus primos lo invitaron a ir a un partido de futbol profesional. Jugarían el equipo favorito de Luis contra el equipo favorito de sus primos. ¡Sería emocionante!

Esa tarde llegaron y se acomodaron en la tribuna. Al principio a Luis no le importó sentarse allí, pues estaba con sus primos, pero conforme avanzaba el partido, comenzó a sentirse incómodo, pues aunque su equipo metiera gol, no podía gritar ni aplaudir, ya que estaba entre los seguidores del equipo contrario.

Claro, cada vez que ese equipo metía gol, la gente alrededor de Luis gritaba eufórica y a él no le gustaba. Los minutos le parecieron eternos y no disfrutó el partido.

Algo similar le sucede a las personas que son del equipo de Dios, pero que por las malas amistades, vana lugares inadecuados o hacen cosas desagradables. Cuando están donde la gente baila, fuma y bebe alcohol, se sienten incómodas.

Dios desea que nos mantengamos en la tribuna de su equipo, que solamente hagamos cosas que lo alaben a él. ¿Quieres ser de su equipo?

Dibuja un balón de futbol. Coloréalo y escribe en la hoja: «Yo pertenezco al equipo de Dios».

HABLA CON DIOS

Dios, ayúdame a hacer cosas que te agraden a ti nada más, porque soy de tu equipo. Amén.

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