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*Necesitarás un paquete de macarrones.
¿Te gustan los macarrones? ¡A mí me encantan! Vamos a probarlos. (Ofrezca los macarrones crudos y pruébenlos.) ¡Ay, ay, esto no tiene buen sabor! ¿Qué les falta? Bueno, esos macarrones no están cocinados. Necesitamos cocerlos en agua caliente, después colarlos y prepararlos con crema y queso. Si los preparamos, esos macarrones secos volverán a la vida y tendrán un sabor delicioso.
Dios enseñó al profeta Ezequiel un valle lleno de huesos secos, estaban regados por todo el lugar y no tenían vida. Dios preguntó a Ezequiel: «¿Pueden vivir estos huesos?». –Oh Señor -dijo-, solo tú sabes la respuesta a esa pregunta.
Entonces Dios habló a Ezequiel: «Dile a esos huesos secos que volverán a vivir». Ezequiel dio el mensaje a los huesos. Mientras hablaba, vio que los huesos se unieron y formaron esqueletos completos. Se llenaron de carne y finalmente de piel. Luego sopló un viento y les dio aliento. Los cuerpos comenzaron a moverse. ¡Eran personas vivas nuevamente!
Muchas veces creemos que todo está perdido y no hay solución para los problemas. Pero así como Dios dio vida a esos huesos secos, también puede mejorar las cosas negativas de nuestra vida. Así sucederá, cuando confiemos en él. (Prepare los macarrones secos y deles vida nuevamente.)
HABLA CON DIOS
Padre celestial, cuando parezca que no hay esperanza, ayúdame a creer que tú eres capaz de solucionar cualquier problema. Amén.