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EL VERSÍCULO DE HOY forma parte de una historia muy conocida. Ezequías había enfermado y se encontraba al borde de la muerte. El pronóstico no era nada halagüeño: «Da tus últimas instrucciones a tu familia, porque vas a morir. No te curarás» (Isaías 38: 1). El rey lloró amargamente y le suplicó a Dios que le prolongara la vida, así que el Señor envió al profeta Isaías para informarle al monarca que alargaría su vida quince años más. La señal del milagro sería que la sombra del reloj retrocedería diez grados. Y así ocurrió sería difícil superar un testimonio así. Sin embargo, la experiencia que hoy te contaré me ha convencido de que Dios se interesa por mi vida y está dispuesto a hacer mucho en mi favor.
Al finalizar mis estudios universitarios se me presentó la oportunidad de trabajar como maestra misionera en el Colegio Adventista de Hong Kong. Transcurridos unos meses del año escolar las cosas marchaban bien laboralmente, sin embargo, mi vida espiritual nos andaba tan bien. Me costaba mucho levantarme y dedicar un momento para orar y estudiar la Biblia.
Una noche, estaba tan frustrada que le dije a Dios: «Mira, si quieres que pase tiempo contigo en las mañanas, tendrás que hacer un milagro para que eso suceda. He tratado múltiples veces y he fracasado. Mañana ni siquiera programaré la alarma».
Por lo general me levantaba poco antes de las 8 a.m. y me vestía a toda velocidad. Sin embargo, la mañana siguiente abrí los ojos y para mi sorpresa eran las 7:11 a.m. Tenía tiempo suficiente para hacer mi devocional. Esa noche no programé la alarma pero sí le dije a Dios que quería dedicarle tiempo cada día. La mañana siguiente me levanté exactamente a las 7:11 a.m., y así al día siguiente, y al siguiente.
El Dios que hizo que la sombra del reloj retrocediera diez grados para un rey es el mismo Dios que puede hacer que sus hijos se levanten temprano para tener tiempo de calidad con él.
Hoy puedes tomar la iniciativa y pedirle a Dios que tome el control de tu vida, aun en los aspectos que te resultan difíciles. Él es bueno.
Licia Rothermel
Estados Unidos