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La guerra de las galaxias

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«Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús». Apocalipsis 12: 17, NVI

NOS ENCONTRAMOS ENFRASCADOS en una guerra espiritual, el gran conflicto entre el bien y el mal. Hay dos grandes líderes en contienda, hay ángeles en ambos bandos, también hay seres humanos que están en cada uno de los bandos en contienda. En esta guerra, los hijos de Dios siempre debemos estar preparados para enfrentar lo que surja y salir vencedores, ya que Cristo está de nuestro lado para ayudarnos en cualquier circunstancia.

Esta es la historia de Delmar Camposeco y su pastor. Un domingo de mañana se encontraron en la puerta de un restaurante en Playa del Carmen, uno iba llegando y el otro ya salía pues ya había desayunado. Mientras estos dos hermanos se saludaban oyeron que un hombre como a treinta metros gritó: «Pastor, hoy te vas a morir. ¡Yo soy el diablo!». El pastor vio rápidamente a su alrededor para ver si había algún otro pastor cerca de allí, pero nadie iba vestido con corbata o de forma que se le pudiera identificar como un pastor.

Cuando el ministro vio que no había nadie más allí que pudiera ser pastor como prendió que los insultos se dirigían hacia él. En ese momento se dirigió al atacante y le dijo: «Sí, soy pastor, el poder de Cristo te reprenda». Cuando el atacante oyó eso dijo: «Entonces, tú que estás al lado del pastor morirás, porque yo soy el diablo». Tan pronto hubo dicho esto se abalanzó hacia los dos cristianos, pero Delmar dijo: «Yo adoro al mismo Dios que adora el pastor, el poder de Cristo te reprenda». No había tiempo para prepararse espiritualmente, porque la preparación ya se debía haber hecho con anticipación, ahora era el momento de clamar a Jesús por ayuda. Porque cuando Delmar acabó de pronunciar estas palabras, el agresor ya estaba a unos cinco metros. Pero al escuchar la reprensión, como movido por una mano invisible, giró la cabeza y con ella inclinada y paso desganado llegó hasta donde estaban estos dos cristianos y allí dio vuelta sin agredirlos y se marchó.

Si esperamos a que lleguen los problemas para prepararnos espiritualmente es tamos en serios problemas.

No descuidemos la oración y la lectura de la Biblia, pues ellas constituyen la preparación necesaria para triunfar en los momentos de crisis.

 

Wilfrido Rosas Arias

México

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