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Sellados para el día de la redención

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«No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención» (Efesios 4: 30).

EL SELLAMIENTO se está llevando a cabo con aquellos que han sido transformados por el Espíritu Santo y que están día y noche clamando por misericordia y gracia divina. Aquellos que dicen junto con Pablo:

Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo porvenir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro (Romanos 8: 38, 39).

Cuando estamos seguros de Dios, y creemos profundamente que es nuestro salvador y nada puede movernos de nuestra fe, somos sellados por el Espíritu Santo. Pablo menciona: «No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención» (Efesios 4: 30). Es decir, Dios sella a sus hijos con su Espíritu.

El profeta Ezequiel describe el sellamiento como una señal en la frente de los hombres que gimen y claman a causa de todas las abominaciones causadas por el pecado (Ezequiel 9: 3, 4). Dios, con su Espíritu Santo, afirma en cada corazón y mente de sus hijos las verdades divinas de su Palabra. Ahora bien, es necesario tener en cuenta el consejo:

Satanás está utilizando ahora en este tiempo de sellamiento, todos sus ardides para mantener alejados los pensamientos de los hijos de Dios de la verdad presente, y hacerlos vacilar. Vi que Dios estaba extendiendo una cortina para protegerlos en el tiempo de angustia; y que cada alma que se ha decidido por la verdad y ha purificado su corazón había de ser protegido con la envoltura del Omnipotente. Satanás sabe eso, y está trabajando con gran poder para mantener irresoluta e indecisa por la verdad tanta gente como sea posible [...]. Vi que Satanás estaba trabajando para confundir, engañar y extraviar al pueblo de Dios, ahora mismo, en el tiempo del sellamiento (E. G. White, Hijos e hijas de Dios, pág. 344).

Todo el que tenga la señal en su frente o esté sellado para el día de la redención, será protegido de las garras de Satanás. Los que alcen su voz contra el pecado y el mal; los que no solapen el pecado y oculten el mal proceder del pueblo, recibirán la marca pura de la verdad impresa por el Espíritu Santo.

El tiempo es corto. Clamemos a Dios para que por su gracia nos apruebe y nos acepte colocando su sello en nosotros.

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