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Misioneros Pioneros

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«Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:19, 20, NVI).

Adoniram Judson fue uno de los primeros misioneros de éxito de la era moderna. Desde el momento en que decidió ser misionero y hasta el día de su muerte, su vida estuvo marcada por las dificultades y el sacrificio. Dios no pudo tener un obrero más fiel que Adoniram.

El día después de que él y su prometida, Ann, se casaran, fueron ordenados como misioneros en Salem, Massachusetts. Era el 6 de febrero de 1812. Su luna de miel fue su viaje al campo misionero de Birmania, donde vivió los cuarenta años restantes de su vida.

Cuando él y su esposa finalmente llegaron a su destino en Birmania, los bautistas les dijeron que la evangelización cristiana sería imposible en un país budista, pero Judson se propuso demostrarles que estaban equivocados. Ya sabía latín, griego y hebreo, y ahora se propuso aprender birmano. Contrato a un profesor para que trabajara con él durante doce horas cada día, pero, aun así, tardó más de tres años en aprender bien el idioma.

En 1819 bautizó a su primer converso birmano. La tarea más difícil que tuvo Adoniram fue convencer a los budistas de que solo hay un Dios vivo, y por eso tuvo muy pocas conversiones durante esos primeros años. Le tomó doce años ver convertidas a dieciocho personas.

Durante una guerra entre Inglaterra y Birmania, Adoniram fue encarcelado diecisiete meses en la famosa «prisión de la muerte» de Ava. Mientras tanto, su esposa Ann trabajó incansablemente para que lo liberaran de la prisión, y se las arregló para dar a luz y cuidar al tercer hijo de la pareja. Sin embargo, cuando Adoniram salió por fin, ella murió, agotada por los largos meses de enfermedad y estrés que pasó separada de él.

Cuando Adoniram llegó a Birmania, su objetivo era traducir la Biblia al idioma local y fundar una iglesia de al menos cien miembros. Cuando murió en 1850, dejó una traducción completa de la Biblia, cien iglesias y más de ocho mil creyentes. Hasta el día de hoy, su traducción de la Biblia sigue siendo la versión más popular en el idioma de Birmania. Su trabajo había sido abrumador, pero siempre pensó que ningún sacrificio para Dios era demasiado grande. Después de todo, Jesús ya había hecho eso y mucho más.

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