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El lunes, al regresar a casa por la tarde después de la escuela, el padre de César notó que su hijo levantó su celular y tomó una foto de la puesta de sol.
Curiosamente, esto se repitió el martes, el miércoles y el jueves. El viernes, el padre decidió preguntar a su hijo por qué estaba haciendo esto.
César explicó que estaban estudiando la complejidad de la visión humana para una presentación en la disciplina de Ciencias, y su grupo hablaría sobre nuestra capacidad para ver el color. El chico tuvo la idea de fotografiar diferentes atardeceres, y se sorprendió por la variedad de colores: el lunes, anaranjado; el martes, con matices de violeta y lila (¿o era azul?); el miércoles, estaba casi rojo; el jueves, estaba algo marrón. ¿Cuántos colores hay en la paleta de Dios para colorear el cielo de esta manera?
Con este trabajo, César quiso plantear las siguientes preguntas: ¿Por qué vemos colores? ¿Por qué no vemos en blanco y negro, como dicen que ven los perros? ¿Qué colores verían los daltónicos en esas mismas puestas de sol?
¡Ah! El ojo humano es tan complejo... ¡es un enigma! Y fue hecho para que apreciemos las bellezas creadas por Dios. Mira a tu alrededor en la naturaleza. ¿Cuántos colores vivos y brillantes puedes ver? Recuerda: son un regalo de Dios.
Contempla hoy la puesta del sol. Anota aquí los colores que lograste identificar.